Proteger al bosque y evitar incendios forestales, es su vocación
“Soy combatiente de incendios en la Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (CORENADR) y me duele mucho ver cómo se consumen los árboles, verlos crecer y que en un momento llegue la lumbre, se los lleve y ahí queden”, comentó Ma. de los Ángeles Trejo.
Ella es una de las 77 brigadistas mujeres que está a cargo de combatir incendios forestales en el suelo de conservación, en las 41 mil hectáreas que existen en las alcaldías de Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco.
“Tanto esfuerzo hacemos para que otras personas sin más, tiren su colilla de cigarro, su cerillo o definitivamente le prendan fuego a los bosques porque quieren cazar patos, conejos y algunas otras especies”, lamentó Ma. de los Ángeles.
Siempre atenta ante cualquier llamado de emergencia para atender un incendio forestal y ataviada con su casco amarillo y un paliacate rojo, que la protege del sol, -aunque ya está acostumbrada al calor del fuego-, la combatiente aseguró que en esta sociedad aún falta mucho por hacer para que se respete a la naturaleza. Por ello pidió a las y los capitalinos que si van a visitar los bosques de la Ciudad de México hagan conciencia y protejan estas zonas verdes que ofrecen aire limpio.
Durante 11 años Ma. de los Ángeles Trejo ha trabajado en beneficio del suelo de conservación, que es el hogar de diversas especies de flora y fauna. “Me gusta lo que hago. Hay que saber organizarnos como cuadrillas, compañeros, cuidarnos unos y otros porque los incendios llegan y con una ráfaga de aire, aguas con la lumbre”, resaltó.
Se siente orgullosa de que su nieto de siete años le pregunte qué es exactamente lo que hace: “Me decía: bueno y ¿qué pasa?, ¿qué hacen allá adentro? Mira, nosotros vamos y apagamos la lumbre. ¿Y qué es lo que se quema?, ah ¿se quema nada más el pasto? No, no, se quema tule, árboles y todo lo que encuentra a su paso, la lumbre es la lumbre y se lo lleva todo. ¿Y por qué se tardan tanto? Porque tenemos que asegurar muy bien todo porque si no aseguramos no podemos cortarle las fuerzas al fuego”.
La brigadista de la CORENADR insistió en que aún “hay que aprender mucho, que se vea ese respeto por la naturaleza. Que aprendamos a cuidar la naturaleza, el aire que respiramos más que nada”.
A sus 54 años de edad, Ma. de los Ángeles sostuvo que la edad no importa para dedicarse a combatir los incendios forestales. “Yo sigo aquí y muchos me dicen ¿pero por qué estás ahí? Porque me gusta. Pero es que es muy peligroso, me dicen. No, no es peligroso, si tú te sabes cuidar creo que no es peligroso porque tanto yo me cuido como cuido a los compañeros. Nos cuidamos unos y otros, decimos tú te vas adelante, yo me voy atrás o yo me voy adelante y tú te vas atrás, aguas, voltea, ve y nos vamos. Hay hermandad y debe de haberla porque somos una familia”, agregó.