Los cuatro cóndores de California nacidos en la Ciudad de México, que serán reintroducidos a su hábitat natural, ya tienen nombre

• El traslado de estos jóvenes cóndores de California nacidos en el Zoológico de Chapultepec resultará de gran relevancia para la conservación de esta especie, toda vez que se encuentra en grave peligro de extinción

Los cuatro cóndores de California que próximamente viajarán a la Sierra de San Pedro Mártir en Baja California para ser reintroducidos a su hábitat natural, ya podrán hacerlo con identidad propia. Como regalo anticipado de Navidad, niñas, niños, jóvenes, adultos y adultos mayores eligieron nombres para las tres hembras y para el macho.

A través de una convocatoria realizada del pasado 22 de noviembre al 3 de diciembre, se recibieron 2 mil 293 opiniones y los nombres más votados fueron:

• 54.1 % votó por Kuri Kuri – canto tradicional para fiestas y ceremonias de pueblos Yumanos de Baja California

• 40. 4 % votó por Kuapp – Mariposa en Lengua Kiliwa

• 39.8 % votó por Maau – Abuela paterna en Lengua Kiliwa

• 35.9 % votó por Triqui – lengua de pueblo indígena de Baja California y de otros estados de México

De tal manera que los cóndores de California que viajarán próximamente a Baja California han sido nombrados de la siguiente manera:

Estos nombres quedarán registrados en el libro de pedigrí conocido también como “studbook” del Cóndor de California que es un documento que enlista a detalle los datos de todos y cada uno de los cóndores de California que han formado parte del programa de recuperación de la especie, por lo que todas las personas, niñas, niños, jóvenes, adultos y adultos mayores que participaron en esta convocatoria, ahora son parte de esta historia de éxito en la conservación de esta especie emblemática que se resiste a desaparecer y que convivió en la prehistoria con especies ya extintas como los mastodontes, perezosos gigantes y tigres dientes de sable.

El Zoológico de Chapultepec fue la primera y hasta el momento la única institución zoológica en el mundo, fuera de los Estados Unidos, que ha reproducido a esta especie y el primero en México en apoyar en la conservación y la reintroducción de ejemplares nacidos bajo cuidado humano a su hábitat natural en la Sierra de San Pedro Mártir, en Baja California, en colaboración con las diferentes autoridades ambientales de nuestro país y con el programa de conservación de esta especie en los EUA. Una de las herramientas de la conservación se basa en la colaboración entre las instituciones ambientales, entre las personas interesadas y los profesionales de la conservación, en sumar esfuerzos y unir voluntades para promover acciones que nos permitan recuperar la biodiversidad que estamos perdiendo en las diferentes regiones del mundo.

La liberación de estos cuatro cóndores de California resulta de gran relevancia para la conservación de esta especie, toda vez que se encuentra clasificada en peligro de extinción. En México, entre 1930 y 1940 se registró el último avistamiento de Cóndor de California en vida silvestre, hasta que inició la recuperación de esta especie en nuestro país por medio de su reintroducción a partir del 2002 en la Sierra de San Pedro Mártir en Baja California.

A finales del año 2019, el Cóndor de California en México fue reclasificado de la categoría de “Probablemente extinto en vida silvestre” a “En peligro de extinción”; pocas especies han dado este gran paso, alejándose de la extinción. En el caso del Cóndor de California, esto se logró gracias a su reproducción y el cuidado de esta especie en zoológicos y a la labor del equipo de biólogos y personal de campo y autoridades ambientales de México y los EUA, este programa es un caso de éxito de la conservación en nuestro país en el que la Ciudad de México participa activamente a través del zoológico de Chapultepec.

La Sedema reafirma su compromiso con la ciudadanía para garantizar su derecho a un medio ambiente sano y, a través de la Dirección General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre, continuará trabajando para promover la salud y el bienestar de los ejemplares silvestres bajo cuidado humano que habitan en los centros de conservación de la vida silvestre en la ciudad.