Madre y jefa de brigada, su auténtica vocación
"Cuando vamos a un incendio, me persigno y pido para que nos vaya bien, tanto a mí como a mis compañeros, lo primero que pasa por mi mente es volver a ver a mis hijas”, dice Virginia Santillán, jefa de brigada de la Regional 1, de la Dirección General de Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (DGCORENADR).
Hoy, tras 20 años de servicio constante como combatiente de incendios forestales, asegura que tomar decisiones cuando la vida de nueve personas depende de ti, “se vuelve una cuestión de estrategia en equipo”.
Es jefa de brigada y también madre de familia, combate incendios por el día y, al regresar a casa hace la comida, lava trastes, atiende a sus hijas y les da de comer; sin duda, una doble jornada extenuante que ha sabido balancear durante estos años. “Mis hijas me apoyan y dicen que están orgullosas de verme aquí”, manifiesta orgullosa Virginia, quien ha vivido el reto que muchas más mexicanas comparten al compaginar responsabilidades laborales con tareas en casa.
Azadón, machete y pala son las herramientas que no pueden faltar en la brigada dirigida por Virginia Sánchez. "Lo que más me gusta de mi trabajo es la naturaleza, cuidarla. Proteger el medio ambiente, todo lo que ello implica es lo que me motiva, es un futuro que dejamos para nuestros hijos, para nuestros nietos”, afirma la Jefa Santillán, como la nombran.
Quienes la conocen afirman que su experiencia es mucha y de auténtica vocación. “Estuve muchos años en otros trabajos, hasta que llegué aquí y supe que esto era lo mío. Ver incendios, la verdad, es una tristeza, tanto tiempo que pasa para que crezcan los árboles para que en un ratito todo arda”, así describe las emociones que siente al momento de asistir a la contención del fuego.
Virginia dice que combatir incendios es una labor que requiere gran fuerza de voluntad, disciplina y coordinación al momento de trabajar en equipo: “Quien lidera la brigada está muy al pendiente de lo que necesita su equipo, debe tener la capacidad de atender tanto el avance de las llamas como las condiciones en las que se encuentran las personas a quienes se lidera”.
La Jefa Santillán ha perdido la cuenta sobre el número de incendios en los que ha participado. “Lo más difícil de ser brigadista es saber los riesgos que corres, si no tienes cuidado puedes quemarte, lastimarte. Es difícil pero es muy bonito y satisfactorio cuidar los bosques”, afirma.