Planean estrategia contra incendios a través de la cartografía
El teléfono rojo ha parado de sonar por unos instantes en el Centro Estatal de Incendios Forestales, que se ubica en la carretera Picacho Ajusco. Aniceto Retana Lugo es el encargado de contestar este dispositivo de telecomunicación, que transmite la primera señal de alerta para que brigadistas de la Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (DGCORENADR), de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, acudan a alguna zona natural para atender un incendio.
Desde el centro de mando, donde se concentra toda la información de cada uno de los incendios forestales que se registran en la Ciudad de México, Aniceto cuenta cómo es su labor como radio operador. “A través de este teléfono rojo nos reportan todo, tenemos torres de vigilancia que son quienes nos indican más o menos por donde está el humo, nos van guiando y de inmediato lo reportamos a las regionales que corresponde para combatir el incendio”, precisa.
A espaldas de Aniceto se ubica un mapa de más de 30 años que sirve como herramienta para que los combatientes planeen la forma más rápida y segura para llegar a la zona del incendio. También recurren a la tecnología y usan un mapa digital.
A través de un mapa tamaño mural se registra de manera manual la presencia de un incendio, se establece qué regional está más próxima para que los brigadistas acudan rápidamente, sobre todo porque en la mayoría de los casos el acceso es complicado. “Estos carritos que ven aquí (figuras de carros y llamas de fuego que se mueven a través de un imán) es como si fuera un juego de ajedrez, hay que ir pensando cómo moverlos, por qué caminos deben llegar, guiados también por las torres de vigilancia. Ellos, los brigadistas, se reportan aquí todas las mañanas, nos dan un cuadrante y el nombre del paraje donde se van a ubicar y cuánta gente es la que van liderando", explica.
El radio operador, quien también se ha desempeñado como combatiente, detalla que la zona sur de la ciudad es en donde se tiene la mayor parte de incendios forestales. “A nosotros cuando nos dicen que del lado de Milpa Alta, por ejemplo, se aprecia humo, preguntamos a los torreros si la ven y una vez que le hablamos a la brigada que está más cerca, ésta es la que procede a combatir el incendio forestal”, menciona.
Para Aniceto Retana los 27 años de trabajo ininterrumpido los valora como una de las mejores experiencias de su vida. Ahora, desde una oficina, le toca ver cómo en ocasiones tarda en llegar agua potable para beber porque para acceder a una zona boscosa es complicado. “Aquí muchas veces el brigadista tiene que caminar medio kilómetro o hasta más para atravesar un cerro para llegar a sofocar un incendio”, menciona.
Tiene dos hijos y reconoce que ser radio operador y combatiente de incendios forestales le ha traído grandes satisfacciones personales: “Después de trabajar uno llega a su pobre casa, platico con mis hijos que me preguntan: oye papá reportaron tal incendio, que estaba muy grande, te queríamos hablar, no teníamos comunicación y no sabíamos si andabas por ahí. Yo les digo no se preocupen que estoy en la oficina, pero aún así a veces siento impotencia por los compañeros que están ahí, surcando el fuego”.
Su máximo orgullo, además de su familia, es cumplir con su trabajo, “de hacer lo que tenemos que realizar, han venido niños aquí al Centro Estatal, les comentamos qué se tiene que hacer cuando van al bosque, los niños preguntan mucho y es la satisfacción que tiene uno , que les va transmitiendo el respeto y cuidado que deben tener a los bosques”.