SEDEMA y el sector salud impulsan acciones coordinadas para la acción climática y la mejora de la calidad del aire
- El quinto y último taller del proceso participativo para la actualización del Programa de Acción Climática (PACCM) y del Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire (ProAire) 2025-2030 reunió a aproximadamente 110 personas en el Auditorio del Zoológico de Los Coyotes.
- La Ciudad de México es líder en acción climática ambiciosa y ha sido seleccionada para liderar la Comunidad de Práctica sobre Cambio Climático, Salud y Equidad.
La Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA), a través de la Dirección General de Coordinación de Políticas y Cultura Ambiental (DGCPCA) y la Dirección General de Calidad del Aire (DGCA), llevó a cabo el quinto taller del proceso participativo para la actualización del Programa de Acción Climática (PACCM) y del Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire (ProAire) 2025-2030, con el objetivo de promover acciones en materia de salud y resiliencia para la acción climática y la mejora de la calidad del aire.
El taller reunió a aproximadamente 110 personas en el Auditorio del Zoológico de Los Coyotes, entre ellas representantes del Gobierno de la Ciudad de México, del Gobierno Federal, de alcaldías, de organizaciones de la sociedad civil, de la academia, de instituciones de cooperación internacional y del sector privado.
El panel de bienvenida contó con la participación de Andrea Bizberg, asesora de la Ciudad para el Programa Breathe Cities de C40; Javier Garduño Arredondo, Líder Responsable de los Compromisos de Ciudades para América Latina y el Caribe de la Red de Ciudades Resilientes; Emmanuel González Barbosa, Director General de la Agencia de Protección Sanitaria de la Ciudad de México, y Roberto Castillo Cruz, Director General de Coordinación de Políticas y Cultura Ambiental en la SEDEMA.
Andrea Bizberg ofreció el apoyo de C40 para aportar ideas de proyectos e iniciativas de otras ciudades en el mundo que puedan probarse para mejorar la salud en la agenda climática y de calidad del aire. Señaló que “es importante trabajar en acciones que reduzcan la vulnerabilidad de grupos de población que se encuentran en condiciones de desigualdad y marginación, para garantizar que las medidas de protección de salud y resiliencia contribuyan a la justicia social y climática”.
A continuación, Javier Garduño indicó que “sobrevivir, adaptarse y prosperar ha sido el camino que han seguido las ciudades para ajustarse a un futuro cada más más incierto y polarizado, con una crisis climática que pone en riesgo todos los cimientos de las sociedades como las hemos concebido hoy en día”. Comentó que la ciudad es líder en acción climática ambiciosa y ha sido seleccionada para liderar la Comunidad de Práctica sobre Cambio Climático, Salud y Equidad, que pone soluciones innovadoras en la mesa para proteger a las personas en mayor vulnerabilidad.
Señaló que “el acceso a la salud es un desafío que persiste en la sociedad mexicana, que será profundizado por la crisis climática que ya se vive actualmente en la ciudad, por lo que es necesario trabajar de manera coordinada para generar conocimiento, datos y talento para mejorar la resiliencia urbana”.
Emmanuel González comentó que la crisis climática, la calidad del aire y la salud pública son retos importantes que definirán el futuro de la Ciudad de México, que enfrenta cada vez más impactos del cambio climático en la salud, como enfermedades gastrointestinales, golpes de calor y deshidratación por calor extremo, cambios en los patrones de distribución de vectores que transmiten el dengue y diversas emergencias sanitarias. Indicó que “la salud y la resiliencia no son metas aisladas, sino un resultado de políticas públicas integradas; desde la AGEPSA, celebramos estos ejercicios de coordinación y la creación de mesas de diálogo que articulen los esfuerzos colectivos para la mejora de la salud pública”.
Finalmente, Roberto Castillo, director general de Coordinación de Políticas y Cultura Ambiental de la SEDEMA, señaló que la ciudad ha registrado cambios en sus patrones de lluvia y temperatura, experimentando eventos de lluvia extrema que causan inundaciones y deslaves, así como olas de calor y efecto de isla de calor urbana. Esto genera afectaciones importantes a la salud, pérdida de biodiversidad y afectaciones al sector agrícola y mayor ocurrencia de eventos extremos, con mayor impacto en grupos en situación de desigualdad. “Se estima que, independientemente de cualquier escenario climático, la próxima década existirá un aumento de por lo menos 1 grado centígrado en la capital, lo que implica un escenario mínimo al que tenemos que adaptarnos”.
Durante el taller, se dieron presentaciones para plantear el contexto de los procesos de planeación para la acción climática, la gestión de la calidad del aire y la resiliencia.
En su intervención, Eduardo Olivares Lechuga, director de Proyectos de Calidad del Aire de la SEDEMA, presentó una visión general del Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire en la Ciudad de México, teniendo como principal objetivo lograr que más del 60% de los días tengan una calidad del aire saludable para 2030. Por otro lado, contextualizó sobre los contaminantes primarios que inciden en la calidad del aire y que a su vez afectan la salud de la ciudadanía, y por otro lado sobre la formación de contaminantes secundarios como las partículas PM2.5 y el ozono. Finalmente, dio a conocer algunas de las afecciones a la salud de estos contaminantes y los esfuerzos necesarios para ampliar el conocimiento en salud, específicamente en la agenda de investigación contenida en el ProAire ZMVM 2021-2030.
A continuación, Ana Mendívil Valenzuela, directora de Cambio Climático y Proyectos Sustentables de la SEDEMA, presentó los avances capitalinos en materia de resiliencia climática. Indicó que la actualización de la política de adaptación al cambio climático es una tarea prioritaria para la capital, con el fin de generar metas medibles y alcanzables para la reducción de la vulnerabilidad y la reducción de la vulnerabilidad en la capital. Complementó su presentación con el proceso de actualización de la Estrategia de Resiliencia, que integra de manera transversal criterios de gestión integral de riesgo de desastres asociados al cambio climático.
Finalmente, Javier Garduño contextualizó que las ciudades enfrentan riesgos significativos y crecientes a la salud pública debido al cambio climático, que afectan de manera desproporcionada a los grupos más marginalizados. Por ello, es importante diseñar estrategias preventivas que fortalezcan la resiliencia para mejorar la salud, la equidad, la resiliencia del sistema sanitario y reducir emisiones de gases de efecto invernadero. Comentó que se creó una Comunidad de Práctica en Clima, Salud y Equidad, que es una plataforma para el intercambio de conocimiento, la colaboración a largo plazo y el apoyo mutuo entre ciudades. Esta comunidad será liderada por dos años por la Ciudad de México, con amplio reconocimiento por su ambición climática.
El taller continuó con una dinámica de participación en dos mesas de trabajo, en la que las personas asistentes presentaron propuestas de líneas de acción para la ejecución de acciones a favor de la salud y la resiliencia. En la plenaria final, Ana Mendívil comentó que este fue el último taller del proceso participativo, que continuará con consultas ciudadanas y otras actividades participativas para la sociedad en general. Agradeció la asistencia de las personas participantes y confirmó el compromiso de la Ciudad en impulsar una acción climática colaborativa.